El desafío
Nunca ha sido más importante para las empresas trabajar en colaboración con las comunidades donde se establecen e involucrarse realmente con las personas que viven en ellas. Para que un proyecto sea exitoso, debe hacer más que cumplir con su propósito para la empresa. Debe proporcionar beneficios socioeconómicos reales y tangibles para la comunidad circundante. Debe adoptar incondicionalmente el mantra de dejar las cosas mejor de lo que las encontramos, reforzando la idea de que un futuro más brillante para las vidas que influye es algo imperativo.
A medida que los proyectos de desarrollo alcanzan más metas, llevándolo hacia zonas más remotas y de difícil acceso, es necesario desarrollar relaciones positivas con las comunidades afectadas. Estas deben ser fuertes, forjadas en las primera etapas y basadas en la comprensión mutua. En el pasado, las comunidades con frecuencia tenían la percepción de que los desarrolladores eran intrusos, con planes y diseños que eran esencialmente egoístas. La falta de comprensión de las necesidades del otro y de cómo cada uno puede respaldar los objetivos del otro aún se produce y puede obstaculizar cualquier forma de progreso en el desarrollo de regiones remotas.
Nuestra respuesta
Desarrollar relaciones fuertes enseguida: Comenzar desde un lugar de respeto mutuo ayuda a crear el tipo de ambiente adecuado para un proyecto y una comunidad. Visitar las comunidades mucho antes de siquiera planear empezar las obras y escuchar las preocupaciones y aspiraciones de la gente puede jugar muy a favor de la aceptación e implementación de un proyecto.
Actitud de brazos abiertos: Una comprensión mayor y más profunda de las comunidades y culturas involucradas siempre contribuirá a que el proyecto se desarrolle sin inconvenientes. A través de nuestra joint venture con First-Pac West, las instalaciones auxiliares pueden ser ampliadas para construcción, restauradas para operaciones y cedidas a las comunidades anfitrionas para que las utilicen de diferentes maneras cuando el proyecto concluya. La participación en el programa PAR del Consejo Canadiense de Asuntos Indígenas ha fortalecido nuestro desempeño en las relaciones con los indígenas y ha consolidado nuestro compromiso con las comunidades nativas de Canadá y de todo el mundo.
Celebrar las diferencias: Cada comunidad es única. Por eso, es importante recordar que lo que funcionó en una no necesariamente lo hará en otra. La experiencia nos ha demostrado que no todas las comunidades están dispuestas a detener un proyecto. Pero las personas tienen metas, valores y una visión para su comunidad, y quieren ser escuchadas. Aprovechando el aporte que hace, y ajustando el plan del proyecto para incluir sus ideas, la comunidad se sentirá incluida, validada y más involucrada en el proyecto.
Construir para el futuro: Cuando su equipo haya finalizado su trabajo y esté listo para dejar el terreno del proyecto, las carreteras, los edificios, el transporte y las instalaciones quedarán atrás. Uno de los mejores factores para determinar si una comunidad llega a donde desea ir será la facilidad con que esos activos tangibles puedan convertirse en infraestructura social y en servicios útiles y viables.
Comprender para ser entendidos: La licencia social nunca es solo responsabilidad corporativa. Trabajamos con usted y las comunidades en las que usted trabaja, y lo ayudamos a ganar la credibilidad, reputación y confianza que harán que lo inviten a volver por más. Se necesita más que un proyecto exitoso para bajar la resistencia de una comunidad. Se necesita comprensión y el tipo de operación de buena fe para construir relaciones fuertes, mutuamente beneficiosas y amigables, que duran por generaciones.