Explorando la energía nuclear sostenible en comunidades indígenas: un juego de equilibrio

Escrito por Madeleine Edwards|18 de junio de 2024
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En la vasta extensión de las comunidades indígenas del norte, los pequeños reactores modulares (SMR, por sus siglas en inglés) se presentan como un horizonte prometedor, pero polémico, de la energía sostenible en regiones remotas.Estos reactores compactos y versátiles prometen energía limpia, menores emisiones de gases de efecto invernadero y desarrollo económico.Sin embargo, su implementación plantea interrogantes cruciales en relación con las preferencias de la comunidad, el impacto ambiental y el contexto histórico.

Este blog explorará las preferencias y reparos preliminares de las comunidades indígenas del norte respecto a la tecnología y los proyectos de SMR y, a través de una comprensión de las diversas posturas de las comunidades indígenas remotas sobre los SMR, examinará nuevas formas de vinculación, participación y codesarrollo para equilibrar los beneficios de esta tecnología con el legado de la energía nuclear convencional y la minería de uranio en el norte.

Análisis del contexto

Los SMR marcan una ruptura no solo respecto a la situación actual, sino con las energías renovables tradicionales. Estos reactores modulares están diseñados para ser más pequeños, seguros y flexibles, con lo que se diferencian considerablemente de las centrales nucleares de gran escala. Su tamaño compacto facilita su instalación en regiones remotas y los convierte en una opción atractiva para las comunidades del norte.Dado su potencial de suministrar electricidad confiable, calefacción e incluso desalinización, los SMR ofrecen un camino hacia el desarrollo sostenible. Más económicos que los grandes reactores, pueden ir instalándose gradualmente, permitiendo una flexibilidad de ubicación y una huella reducida, incluso en entornos desafiantes.

Sin embargo, la implementación de los SMR no está libre de controversias. Las comunidades indígenas tienen una compleja relación con la tecnología nuclear, marcada por injusticias históricas, daños irreversibles a sus tierras, fuentes de agua y ecosistemas, reparos ambientales y el desplazamiento de personas y valores culturales. También cabe destacar que, aunque algunos pueblos indígenas defienden la energía nuclear como una forma de enfocarse en el futuro y de construir un legado, esta también implica la extracción de uranio del suelo, el uso de agua en los reactores y el soterramiento de residuos radiactivos. Para muchos indígenas, esto no se puede considerar como algo "limpio".

Otras comunidades indígenas ven en los SMR una oportunidad para el crecimiento económico y la soberanía energética, postura que se ve marcada por cambios significativos en la participación e inclusión. La industria nuclear canadiense ha puesto en marcha programas como el de los Embajadores Nucleares para fomentar relaciones positivas con las naciones y comunidades indígenas1, y ha recibido cálidamente a dirigentes indígenas en conferencias y eventos importantes de la industria para asegurarse de que se escuchen sus voces y se respondan sus preguntas.

Con esto presente, es importante considerar el panorama completo del desarrollo de nueva energía nuclear.No solo requerirá una cuantiosa inversión pública y privada, sino también liderazgo, compromiso financiero y reconciliación económica con las comunidades indígenas2.

Liderazgo, colaboración y participación con la comunidad

Las comunidades indígenas del norte mantienen una conexión profunda con su territorio, agua y vida silvestre.El impacto ambiental de los SMR —tanto durante su operación como su desmantelamiento— debe evaluarse cuidadosamente para garantizar una gestión responsable de los recursos naturales al mismo tiempo que se aprovecha la energía nuclear. Entre las consideraciones clave se encuentran la gestión de residuos radiactivos, el uso del agua y la posible alteración de hábitats.

Para empezar a abordar y conciliar estos retos, es fundamental una vinculación significativa.La información sobre los proyectos de SMR debe priorizar el conocimiento tradicional, las historias orales y las consultas comunitarias.Los modelos de codesarrollo que empoderan las voces indígenas y dan prioridad a las necesidades locales pueden conducir a resultados más equitativos, incluyendo un enfoque colaborativo para las evaluaciones ambientales. Para minimizar los efectos negativos en los ecosistemas, la flora y fauna y las comunidades cercanas, es fundamental llevar a cabo evaluaciones rigurosas en las que todas las partes tengan igual importancia.

La gestión ambiental es también una práctica ampliamente reconocida en las comunidades indígenas, que conceden una suma importancia al cuidado de la tierra. Esta perspectiva debe integrarse en los procesos de toma de decisiones y valorarse adecuadamente en los debates sobre la gestión de recursos para garantizar que el desarrollo de la energía nuclear y la operación y desmantelamiento de los reactores no perjudique los ecosistemas ni el bienestar de las generaciones futuras.

El conocimiento indígena ofrece una perspectiva holística a las evaluaciones ambientales al complementar los datos científicos con dimensiones ecológicas, culturales, espirituales y sociales.Refleja la experiencia local y una comprensión íntima de los ecosistemas locales, que pueden contribuir a los estudios iniciales, la toma de decisiones y las evaluaciones de riesgo al proporcionar un nivel de sabiduría observacional que, de otro modo, seguiría inaccesible: observaciones sobre los cambios estacionales, por ejemplo, junto con patrones de migración, uso de hábitats, cambios del clima, comportamiento de las especies y dependencias del ecosistema.

Empoderar a los jóvenes indígenas con conocimientos sobre los SMR también fomenta la toma de decisiones informadas. Las campañas educativas, los talleres y las iniciativas de capacitación pueden cerrar brechas y fomentar la confianza, además de crear un efecto dominó positivo para las generaciones futuras.Las mentorías, planes de estudios pertinentes desde un punto de vista cultural y la participación de la comunidad contribuyen a crear un entorno educativo propicio y permiten que los jóvenes indígenas comprendan las ventajas, los riesgos y las implicaciones del uso de esta tecnología.Lo que es más importante, debe haber un intercambio abierto y preciso de información y conocimientos para generar confianza y mejorar la comprensión.

Reconciliación económica y ambiental

La historia de los indígenas respecto a la minería del uranio está estrechamente vinculada con el impacto de la energía nuclear y la explotación de los recursos naturales en tierras ancestrales y, a medida que exploremos el potencial de los SMR, es necesario abordar este contexto histórico y buscar la reconciliación.Aunque en este artículo este tema se analiza con más matices, es importante reiterar por qué muchas comunidades indígenas se han opuesto con firmeza a la prospección del uranio.La extracción masiva de uranio no solo ha provocado graves problemas de salud, degradación ambiental, contaminación de fuentes de agua, exposición a radiación y enfermedades respiratorias, sino que también atente contra la creencia fundamental y el valor cultural de que la tierra es una entidad viva, digna de derechos y respeto.Contrariamente al concepto de terra nullius3 que sirvió de base para la colonización de Canadá, los ancianos indígenas entienden que no hay espacios vacíos en sus tierras: todos los espacios son utilizados por un elemento o una entidad4.

Este marco sienta las bases para comprender por qué muchas comunidades indígenas están preocupadas por la energía nuclear y los procesos mineros asociados.Es poco realista esperar que alguna vez se llegue a un consenso total: el mejor lugar para concentrar los recursos es la educación del público acerca de los SMR. Mediante la implementación de requisitos legales, principios claros de participación comunitaria, funciones y responsabilidades definidas, una metodología detallada, un cronograma y un diálogo temprano, los expertos nucleares pueden establecer vías imparciales y accesibles para un marco de participación comunitaria.

¿Y qué sigue?

A medida que navegamos las aguas inexploradas de los SMR en las comunidades indígenas del norte, es importante proceder con cuidado. Al escuchar, aprender y crear en conjunto, podemos lograr un futuro en el que la energía nuclear sostenible nos beneficie a todos, sin comprometer el legado del pasado.

Dado que gran parte del conflicto gira en torno a cuán limpios son los SMR, es importante recordar que cada forma de energía tiene una relación costo-beneficio que varía según el grupo demográfico: lo que es vital para un grupo puede ser trivial para otro.

La única manera de avanzar es manteniendo a las comunidades indígenas y remotas en el centro del debate y de las decisiones nucleares mediante la educación e información accesible y fidedigna sobre la producción de energía renovable y no renovable, el consumo, los costos, los subsidios, los tipos de combustible y las tarifas de servicios públicos.Póngase en contacto con nosotros para saber más sobre cómo Hatch prioriza la participación con las comunidades indígenas en sus proyectos energéticos y cómo los equipos pueden poner en marcha una energía nuclear limpia y accesible.

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